martes, 3 de enero de 2012

Becas para Tambacounda y payotte en Tewirou y nuevo proyecto


Becas para Tambacounda y
Payotte en Tewirou

Nuevo proyecto: niño enfermo en Dunkasa


Enero de 2012
La solidaridad es una maravilla. En unos momentos como los que estamos viviendo hemos conseguido el dinero suficiente para dos proyectes en un mes. Antes de fin de año mandamos a Tambacounda los 1500€ que nos pedían para escolarizar a ocho niños Bassari de la calle. I esta semana mandaremos a Tewirou los 4000€ para construir una payotte.
Y ha sido muy oportuno ya que ayer recibimos una carta de un misionero ya mayor, el padre Jesús, amigo de Roberto contándonos su Navidad en Buka. Añado la carta porque, aunque sea un poco larga, creemos que merece la pena leerla. Ver cómo viven los misioneros estos días de fiesta para nosotros tan familiares. Y nos pide 2500€ para poder operar a un niño de 7 años, de Dunkasa, que nació mal y anda con las manos, arrastrando las piernas. Médicos europeos han dicho que le podían operar y viajaran hasta allí para operarle gratuitamente; pero el hospital y los medicamentos se tienen que pagar y esto es lo que nos pide. Y hemos decidido aceptar este nuevo proyecto y contamos, como siempre con todos vosotros.
Gracias por vuestra generosidad, por vuestra atención, por leernos y per estar siempre a punto cuando os necesitamos.
Nos gustaría conseguir que este niño pueda andar pronto. Los médicos irán a primeros de año, o sea ya!, a operarle. Y lo que también es bonito es ver que los misioneros no hacen distinción de raza ni religión. El niño es de familia musulmana; y tiene todo el derecho a poder andar como cualquier otro niño.
Esperamos poder deciros pronto que hemos recogido el dinero necesario y que ya lo hemos podido enviar a su destino.
Muchas gracias a todos!
Y feliz año 2012!!!
 Carta del misionero:

Navidad en Buka 2011

Ya ha pasado la Navidad. Desde que os mandé mi última carta días antes de Navidad, pensaba que iban a ser días tranquilos y como estaba en plena forma, todo iba bien. Esa semana tuve muchas visitas. De Kalale vinieron a saludar Jeremías y Jonás. Jeremías fue un seminarista que dejó de serlo y es actualmente profesor en el instituto de Kalalé. Jonás, guardián antiguo de Nikki, y ahora de Kalalé. Vinieron varios catequistas de Nikki y de Biro, lo que más me impresionó es cómo han crecido y madurado en estos 10 años que falto de la región. Los dejé adolescentes o muy jovencitos y hoy son padres de familia numerosa y con responsabilidades, en algunos casos políticas. Pero la que más me llegó al fondo de los sentimientos fue la visita de mamá OMO, como se le conoce en Nikki, Florentine. Una persona muy mayor y muy enferma que alquiló un taxi-moto y se atrevió a hacer el mal camino, para saludarme. El pimiento que tenéis en Madrid y en Vitoria era ella la que me lo mandó, cuando yo estaba allí. También me trajo una botella de cacahuetes. Estos días me ha mandado pimiento fresco con las monjas. Toda una mamá.
Os decía que todo iba bien porque he estado 15 días en plena forma, pero el jueves 22, otro paludismo me dejó de nuevo tocado. Otro tratamiento de choque, para poder estar en forma para la Navidad. El 23 lo pase prácticamente en la cama, hasta que vino Satur con un grupo de seminaristas SMA ( Del año espiritual) que viene para hacer una mini-experiencia en las misiones. Yo me quedé con dos y él se llevo a tres. En total son 32 de 11 nacionalidades los que están en ese año de espiritualidad (Para los religiosos noviciado). Así que nos los hemos repartido entre todos. A mí me pillaron en la cama con fiebre, pero parece que las fuerzas aparecían según las necesitaba. Los que se quedaron aquí uno es marfileño, Eliseo y el otro keníata, David.
El “mini-stage”consiste en que celebren la Navidad en medio rural, viviendo con la gente, en medio de ellos y luego unos días con nosotros, viendo cómo es el día a día de un misionero. Cada uno de nosotros es un numero diferente y sus experiencias serán diferentes. A la vuelta cada uno contará lo que quiere porque no es lo mismo Buka que Banikani. Yo aguanté bastante bien la tarde, charlando y poniéndoles al tanto de lo que es esto y a lo que se iban a encontrar. Comunidades muy jóvenes sin bautizados, pero muy entregadas. Les pregunté si venían preparados, para ir a los pueblos, si tenían linternas etc. Y todo parece que habían previsto, menos linternas. Envié a Paul para que nos encuentre dos linternas, imprescindible en los pueblos para ver los caminos y en el interior y exterior de las casas. Paul cogió su moto y enseguida vino con dos linternas como la suya. Ya tenían todo preparado
La Providencia o la suerte me acompañaron por la tarde. Después de una buena cena y de un rato de charla, se acabaron las baterías y nos quedamos sin luz. A mí me vino muy bien, para poder encontrar de nuevo la cama, pues es donde mejor me encuentro, cuando tengo paludismo. Así que les propuse ir pronto a la cama, porque ellos habían hecho un largo viaje y yo, necesitaba dormir para afrontar el día siguiente. Cita a las seis y media de la mañana para el desayuno y luego camino de los pueblos donde se van a quedar. Yo continuaba con el tratamiento de kinina, paracetamol y aspirina y valium, y todas las drogas para poder curar y dormir. Descansé bien y a las seis ya estaba preparándoles el desayuno. A en punto estaban ellos preparados. Y desayunamos. Antes de ponernos en camino me preguntan si no rezaremos laudes antes de marchar. Para laudes estaba yo, pero muy amable les dije que en camino ellos rezaran laudes y yo muy piadosamente les acompañaría mientras conducía. A las siete nos pusimos en camino al pueblo de Batin. Una hora y 22 minutos nos costó llegar. Decir que la carretera era mala, no tiene mucho sentido pues solo hicimos 42 kilómetros en ese tiempo. En la parroquia no hay carretera buena, es mala o muy mala. La comunidad es un espejo de los que son los preferidos de Dios. El presidente de la comunidad un minusválido profundo, tronco, brazos y buena cabeza. Las piernas al aire libre, sólo son unos palillos que se entrecruzan para dejarle andar por el suelo con las manos, impresiona verle. Sobre todo la cara agradable de alguien que está bien a pasar de su minusvalía. El secretario u único bautizado tiene la mano derecha paralítica, pero con la izquierda es muy capaz. El jefe de la coral, sólo tiene una pierna, la otra está amputada. Oros dos cojos el resto parecía integro. No sé si otras miserias les acompañan.
En este pueblo empecé la Navidad. Eran las 10 de la mañana del día 24, sólo me adelantaba unas horas a la misa de la noche. Una misa muy animada, con cantos y danzas, los que podían claro. Los dos seminaristas me acompañaban y estaban muy atentos a todos los detalles. Terminada la misa, empezamos a darnos las noticias. Yo, que ya conocía el pueblo desde hace 25 años y el recuerdo que tengo es que pasé mucho frio las noches que dormí allí, sobre todo la primera, que no estaba advertido. Ellos tenían una gran preocupación, y es que un grupo de dieciséis catecúmenos, están ya preparados para bautizarse en las Pascuas próximas. Que candidatos eran 25, pero el padre Isidro los dejó en 16. Que todos los candidatos al bautismo habían pasado el consenso de la comunidad. Que a ver si yo estoy de acuerdo a que se sigan preparando. Yo les dije que sí, que el Padre Isidro ya me había hablado de ello y que me había dejado una lista provisional, que para pascua lo prepararemos. 16 bautizados en una comunidad donde no hay más que uno, es un paso importante para su consolidación. Yo les dije que tengo la lista que me dejó el padre Isidro y que ellos me hagan otra, para ver si hay concordancia o algún problema. Me dieron abundantes tubérculos de ñame y les dejé como invitado, uno de los seminaristas.
Continué viaje de regreso, y me paré en Dunkasa, donde dejé al otro seminarista y me vine sólo a casa con muchas ganas de descansar para afrontar la tarde que se presentaba larga y yo a base de aspirinas teniendo el tipo. Me tomé una cerveza y me acosté un rato para recuperar un poco las fuerzas. A los 10 minutos de echarme los chavales chillan que hay fuego en la misión. Me levanté corriendo y fui a ver lo que era. Alguien había quemado los rastrojos. La concesión con todas las hojas de teka que caen al suelo en esta época, eran gasolina que ardía. Cogí un rastrillo y fui a proteger el grupo electrógeno y el “forage”, (perforación para el agua), retirando las hojas cercanas y haciendo un para-fuego. Así que mi añorada siesta se convirtió en arduo trabajo bajo un fuerte sol de las tres de la tarde.
Después de esa sorpresa, tomé una ducha y fui a 20 kilómetros a celebrar por segunda vez la Navidad en otra comunidad. Eran las seis de la tarde, y la fiesta duró hasta las nueve de la noche. Los participantes no eran muy numerosos, pero el ruido y las danzas que hacían atrajeron a mucha gente, que respetuosamente se unieron a la fiesta.
En Buka la misa empezaba a las 10. Yo llegué media hora antes de empezar y la misión parecía un mercadillo concurrida de cualquier lugar de nuestros pueblos. Chiquillos por todas partes vestidos de fiesta, mujeres que habían pasado toda la tarde preparando comida, y que aun les quedaba mucho para terminar, catecúmenos o simpatizantes venidos de los pueblos de los alrededores, que esperaban ser alojados en las salas de catecismo. Muchas mujeres jóvenes con los niños a cuestas que no querían perderse la noche de Navidad. El cuadro era fantástico y yo casi no me tenía de pie. Más aspirina y a tirar.
Alguien viene a decir que en la iglesia ya han instalado la música, y toda la chiquillería echa a correr a bailar al son de grandes altavoces y una música muy pegadiza. Fue la comunidad nigeriana la encargada de organizar la sonorización y son especialistas. Pusieron unos ritmos que hasta los cojos y los niños de pecho se movían al son de las notas. Era espectacular.
Yo a las 10, puntualmente empecé mi tercera misa de Navidad. La iglesia que es pequeñita, no cabía ni una quinta parte de los asistentes, así que con la sonorización los de fuera (la mayoría), pudieron seguirla. Entre cantos que no terminaban, Lecturas traducidas en cuatros lenguas, homilía traducida también en cuatro lenguas,”minuit” cristiana nos dieron dando la comunión. Yo seguía de pie…La aspirina…Después de misa les dejé bailando y me vine a casa. Seguía habiendo mucha gente en mi patio. Las mujeres no terminaban nunca de ultimar los platos, y eso que era para la comida del día siguiente. Otros no habían sido aún alojados. Y era un murmullo y chillos por todas partes. Yo como toda cena de Navidad quise tomar dos chocolatinas de mala calidad que me habían regalado, no pude con la mitad de una y esa fue mi cena. Aunque no envidiaba a ninguna de las mejores comidas que habéis podido tener vosotros. Estaba que no me tenía, pero feliz. Sin hambre, sin ganas de comer. Le pedí a Paul que se ocupara de todo lo que la gente necesitaba y con otra aspirina, y las dos de la mañana me fui a la cama. FUE MI NOCHE DE NAVIDAD.
Descansé bien, pero poco. A las seis y media me levanto y alrededor de mi habitación empiezan a aparecer los primeros huéspedes que emergen de sus lugares donde habían dormido. Unos querían moneda (cambio), otros me enseñaban una herida que tenía mala pinta. Otros querían una cruz, porque eso les hace afirmarse como católicos delante de los paganos y musulmanes. Si me dejo, no llega a prepararme para la primera misa del día de Navidad. Era a las 8, y todos estaban allí. Todos los niños habían estrenado ropas nuevas, parecían todos modelos de una pasarela, aunque a muchos las ropas o los zapatos les venían un poco grandes. Me recordaba mis tiempos de chaval de la pos guerra, donde nos compraban las cosas con medras, para que dure para el año siguiente. Que estás creciendo nos decían… Vosotros de nueva generación que os habéis vestido siempre a la última y a la mejor marca, no lo habéis conocido. Yo desde el altar, disfrutaba de esa visión. Sobre todo las mujeres y los niños, vestidos como unas bodas.
La misa fue tan concurrida o más que la noche, y con las mismas características, cantos que no terminan, traducciones múltiples, procesión de ofrendas bailando, dos horas largas. Después de la misa a las 10 y media, todos a la misión, para compartir la comida. Comensales había muchas, pero comida para saciar a todos. En las reuniones preliminares, se quejaban que las cotizaciones para la fiesta, no llegaban. Yo no sé nada de eso, pero si se que había comida para todos. Aunque no había cenado nada, a esas horas no me entraba nada al cuerpo, las mujeres insistían, pero no podía. Eran ya la 11 y medía y otra comunidad me esperaba para celebrar también la Navidad. Era Dunkasa. Me esperaron sin quejarse. Ellos lo estaban pasando lo bien, cantando y danzando mientras esperaban. Fue más o menos lo mismo que en Buka, solo tres traducciones y mucho niño. Vinieron muchos jóvenes musulmanes con sus mujeres y estuvieron muy respetuosos y participantes. Habían sido invitados por un catecúmeno que había tenido un niño y quería que le impusiéramos el nombre cristiano en la misa en presencia de toda su familia musulmana y sus amigos musulmanes. Fue interesante. Después de misa hablé con algunos de ellos y fue interesante. También comida bebida abundante, hoy sí que comí y bebí con apetito. Plato de fiesta ñame, sin entrantes ni salientes, buena la saliente una buena cerveza y tan contento. Se me hicieron las cuatro y medía y a la tercera comunidad, le había dado cita a la 1 y medía. Llegué a las 5 de la tarde.
Tercera misa. La capilla estaba desierta, ni un alma. Yo pensaba que cuatro horas de retraso, era mucho tiempo y que la gente se habría aburrido de esperar, pero no. Al oír y ver el coche, empezaron a salir niños de todas partes, chillando “mon père, mon père” y arropándome hasta no dejarme andar. Después salieron los jóvenes, mas calmosos, pero sonrientes y alegres, como si el retraso no había existido, más que en mi manera de hacer, de blanco. Para ellos la hora buena era en la que había llegado, y punto. Me dieron asiento y empezó a llegar gente y más gente. La nueva capilla que está sin cubrir, le pusieron sacos y plásticos viejos para hacer un poco de sombra, pero sólo un poco, porque había más claros que sombras. A mí me colocaron bien y aguantaba el tipo, mientras seguían llegando gente, 100, 200, 300, no sé cuantos había, pero eran multitud. En el interior, apretados como sardinas en lata, entraríamos unos 70. A los niños se les echó fuera, A mi no me gustó (ya que era Navidad), pero no había sitio, no posibilidades, fuera, al sol se sentaron unos cuantos, en las ruinas de la antigua capilla de paja, también. Dentro estaban los que tocaban los tantanes y cantaban. Bailar ni se podía, porque no te podías menear. Yo para ponerme el alba y la estola, fue todo un problema. La celebración fue lo más corta posible. Una lectura, en una sola lengua, una traducción única de un sermón corto, ningún bautizado, todo fue bastante sencillo. Después de la celebración dimos el nombre a dos niños hijos de dos catequistas, muy importante ese rito que lo multiplico cada vez que puedo. Para el primero de año tengo previsto otra ceremonia como esta. Todo fue muy bien. Yo alucinaba de ver reunida de cinco comunidades, tanta multitud de gente. Esto promete, y me asegura que hice bien en venir, y continuar el trabajo que otros empezaron.
Al terminar tanta fiesta y tanta algarabía, una noticia menos buena vino a enturbiar mi buen estado de ánimo. La noche anterior empezaron ellos a celebrar la fiesta, y un grupo contrario a los cristianos vinieron a comprometerles y a uno le ellos le dieron un machetazo en la cabeza hiriéndole seriamente. El se presentó con un vendaje aparatoso y unos cuantos puntos de sutura que le hicieron en el dispensario. Yo indagué un poco, pero preferí que continúen con el espíritu de fiesta y ya veré eso más tarde. Al terminar todo mi trabajo, pedí como se dice aquí “la route” que me den permiso para marchar. Pero me dicen que no, que no había comido mucho con ellos y que me tenía que traer un pollo. Los niños se pusieron delante del coche y hasta que el pollo no llego, y les costó atraparlo, allí estuve esperando con buena cara, aunque por dentro no lo era tanto.
Llegué a la misión ya anochecido, hacia las siete de la tarde, ya no había nadie alrededor, y hasta entonces mantuve las fuerzas necesarias sin ningún problema, pero en cuanto dejé el coche en el garaje, no saque ni el pollo tan siquiera, me encontré tan cansado que me bebí un trago de agua y me metí en la cama, trece horas seguidas…. Así amanecí el día 26, relajado, aunque acumulaba cansancio.
El lunes 26 nos juntamos en Buca los compañeros (as) vecinos, para festejar Navidad. Nos Juntamos en total 11. Tres SMA de Nikki (nacionalidades: dos indios de la india y un congolés), Cuatro monjas terciarias capuchinas (nacionalidades: española, colombiana, beninesa, y venezolana) Dos SMA de Kalalé (nacionalidades) francés y español) y yo. De siete países diferentes en muy buen ambiente. El arroz en paellera, tenía de paella sólo la presentación, pues estaba muy limitado en casi todo. Pero de adorno a falta de pimiento rojos, rodajas de pequeños tomatitos bien rojos, unos huevos cocidos y unas alcachofas, hacían de presentación. Pienso en Valdi que sigue al pie de la letra las recetas y no lo hubiera hecho. La cosa fue que hice mucha cantidad y todo se comió. Los indios decían que tenía sabor y gusto a las de su tierra, Sería porque a falta de otra cosa le puse bastante azafrán. Ellos trajeron buen vino y las monjas las tartas, fue muy buena fiesta y yo estaba en forma. Se fueron hacia las seis de la tarde y yo no tardé de irme a la cama sin cenar, a recuperar fuerzas.
Martes 27. Pasé muy buena noche y me levante a las cinco y media, bastante descansado. Por la mañana que tenía algo de tiempo libre os empecé a escribir estas líneas. Y recibir a la gente. Por la tarde fui al pueblo donde hirieron al joven la noche buena a ver al delegado, pero no estaba. Le dejé encargo que quiero ver claro el asunto y continué a buscar a los seminaristas que había dejado en los poblados a pasar con las comunidades la Navidad. En Dunkasa paré ver a la familia de un niño de siete años que anda con las manos, porque nació deforme y las piernas y muslos las tiene como palillos. Un equipo de médicos que le ha examinado dice que con operaciones, aparatos y rehabilitación es posible que pueda ponerse de pie y andar. A primeros de año vienen unos médicos de Europa benévolos a operar este tipo de casos y me gustaría que me lo pudieran coger. Toda la familia es musulmana, para nosotros es igual, es un niño que necesita ayuda. Tengo que buscar financiamiento, pues aunque los médicos actúan gratis, los gastos de hospital durante meses pueden ir hasta 2.500 euros
A continuación fui a ver unas tierras en las que Lola, había previsto hacer un huerto, para mejorar la economía de las mujeres del pueblo y que fracasó. Un montón de mujeres me seguían para convencerme que era muy importante para ellas que retome el proyecto, que es una zona especial, y que todo se da bien. Es verdad que me gustó, que se puede hacer algo, pero antes de estudiar el proyecto, quiero preguntar a Lola, porque lo abortó. Llegamos a casa de noche y yo muy cansado. Ayer miércoles me levanté bien y después del desayuno, con los seminaristas, hicimos un poco de topógrafos. Medimos los límites de la misión y nos dieron 734,60 metros. En caso de decidirme a cercarlo supone mucho dinero. Todo eso me cansó bastante y me fui un rato a cama, por la mañana. No duró mucho, porque al poco tiempo vino Juan Pablo, Un cura de la diócesis de Logroño, que está a 100 kilómetros de aquí y que vino a pasar el día conmigo. Me trajo una bolsa de mazapanes de“Soto” la primera golosina de Navidad que voy a probar, porque aun no lo he abierto, lo guardo para el día tres, en que todos los SMA españoles, nos juntaremos en Buka. Viene Guillermo y Marcos….Importante. Esta mañana ha pasado Satur a ver cómo voy. El cansancio que llevo retrasado le inquieta y quiere que vaya al médico. Ya parece que todo vuelve a su cauce. Así que con estas líneas os deseo FELIZ AÑO NUEVO

Cuenta bancaria: 3025 0001 17 1433406833

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